martes, 13 de abril de 2010

La televisión en Marruecos y el ambiente político mediático

La televisión es, sin duda unas de las invenciones más famosas, más conocidas y más generalizadas en el mundo, desde su aparición en el siglo veinte pasado.
Su influencia y su penetración en los campos sociales, políticos, económicos, culturales, etc, ha seguido aumentando hasta el nivel que, ahora en materia de comunicación, comparamos el mundo a un pequeño pueblo.
En Marruecos, como en la mayoría de los países en desarrollo, la televisión empezó la emisión de sus programas en los años sesenta con una cadena nacional, que emitía unas cinco horas al día.
Actualmente, hay ocho cadenas de las que dos son nacionales y terrestres, dos satélites, una regional y tres temáticas.
Sin embargo, delante esa evolución en cantidad y en horas de difusión, no había una progresión bastante sensible en la calidad de los programas, sobre todo los producidos por esas cadenas mismas. Los telespectadores No encontramos muchos programas que debatan profundamente y con neutralidad y profesionalismo la actualidad y los eventos políticos, sociales y económicos políticos que interesan a los ciudadanos. Es que la política del gobierno en materia de información fervorizó y apoyó casi siempre las versiones oficiales de los hechos y da muy poco de espacio a la otra opinión.
Resulta que, asistimos a una emigración masiva a través las ondas, por las cadenas satelitales árabes y europeas que ofrecen un mejor menú en variedad y calidad.
Othmane C12

domingo, 11 de abril de 2010

¿Quién soy yo?

Me llamo Hinda, éste nombre lo escogió mi madre y lo impuso a mi padre aunque a él no le gustaba nada. A mi madre, le fascinaba una película donde la heroína se llamaba Hinda y cuando vine al mundo me dio su nombre.

A mi padre no sólo le cayó mal el nombre, sino también el sexo del recién nacido, es que ya tenía 3 niñas y esperaba tener un hijo. Y su decepción fue doble: tener una cuarta hija y llamarla hinda.

Nací en Tetuán y allí pasé los primeros 17 años de mi vida. Mi madre no trabajaba pero cada día salía de la casa como si fuera funcionaria para pasar sus horas en la casa de mi abuela. ¡Qué dios la perdone! pasaba la mayoría de su tiempo con su familia y de nosotras se ocupaba nuestro padre.

Mi padre era un hombre de enseñanza, por eso tenía mucho tiempo libre, y ese tiempo lo pasaba en enseñándonos letras y números o en la preparación de nuestros bocadillos o en contar las horas de ausencia de mi madre, en total, llenaba el vacío que dejaba mi mamá. Y para decir la verdad, teníamos mucho cariño por él más que a ella.

Cuando mamá dio luz a nuestro hermanito, las cosas cambiaron y mamá empezó a pasar más tiempo en casa. Se ocupaba de él, lo mimaba y lo cuidaba y nos dimos cuenta todas, de que ella también en el fondo quería tener un hijo y estaba hasta las narices de las chicas. Por eso huía de la casa. Y esto nos dolía mucho hasta el punto de ponernos celosas de él. Sobre todo yo que un día, me puse a gritar en su cara diciéndole: ¡cómetelo! ¡Cómetelo! e hice pipi en el pasillo de la casa aunque tenía 6 anos.

Después, mamá cambió y se acercó a nosotras y comenzó a tratarnos con mucho amor y ternura. Quizá se dio cuenta del error que cometía con nosotras ¡Qué Dios la perdone!
Hounaida C1.3